
El vocero del Gobierno del Estado plurinacional, Jorge Richter, aseguró que la golpista Jeanine Áñez basó su régimen en el poderío político y material ofrecido por el alto mando de las fuerzas militares y policiales.
Richter indicó que la autoproclamada Áñez supuso que, con el sostén político castrense, podría mantener su cargo por mucho tiempo, desconociendo que ese tipo de apoyos resulta de corta duración.
El reciente 10 de junio, el Tribunal Primero de Sentencia, por voto unánime, dictaminó la condena de 10 años de prisión contra los golpistas de noviembre de 2019, Jeanine Áñez, Williams Kaliman y Vladimir Yuri Calderón. Los dos últimos condenados todavía se encuentran prófugos de la justicia.
Por primera vez en la historia reciente de América Latina fue sentenciada a pena de cárcel una de las máximas figuras responsables de los llamados “golpes de Estado blandos”, como los ejecutados por las fuerzas del autoritarismo conservador y oligárquico y los intereses corporativos de Washington a través de la Organización de Estados Americanos, OEA, contra Manuel Zelaya en Honduras (2009), Fernando Lugo en Paraguay (2012), y Dilma Rousseff en Brasil (2016).
El vocero de la Presidencia del Gobierno democrático de Luis Arce y David Choquehuanca, indicó que Áñez fue usada por los poderes políticos fácticos y que bastó su pésimo tratamiento del primer momento de la pandemia por Covid 19 para demostrar su incapacidad de llegar a grandes acuerdos políticos y consensos sociales para enfrentar adecuadamente la crisis de salud pública, que incluso situó a la población boliviana como a una de las comunidades con mayor tasa de mortalidad del mundo, ante el trágico déficit de servicios hospitalarios y sanitarios. De hecho, entre abril y septiembre de 2020, durante el mandato del régimen de Áñez, se contaron oficialmente alrededor de 9 mil fallecimientos por coronavirus.