
Con el cálido saludo del Cónsul del Estado Plurinacional de Bolivia en Santiago de Chile, Fernando López Ariñez, dedicado a las y los invitados diplomáticos, representantes edilicios, convencionales constitucionales, y líderes de organizaciones sociales y políticas chilenas, todas y todos amigos de la revolución democrática y cultural boliviana, comenzó la celebración del Año Nuevo Amazónico y Chaqueño – Willka Kuti 5530, en la sede diplomática.
“Los pueblos indígenas y originarios, desde siempre han elaborado un enorme conocimiento del tiempo y el entorno. Ello ha redundado en nuestro aprendizaje sobre la relación mutua y recíproca entre la naturaleza y la humanidad”, expresó el Cónsul Fernando López, y agregó que, “Frente a la crisis ecológica mundial, y pese a la dura exclusión de sus voces, es el pensamiento originario el que hoy nos ofrece respuestas para enfrentar este momento problemático”.
López señaló que, “A través de la Ley 1128 del 26 de noviembre de 2018, se declaró el 21 de junio de cada año el ‘Año Nuevo Amazónico y Chaqueño’, como manifestación de los saberes ancestrales de las Naciones y Pueblos Indígenas, Originarios y Campesinos”.
“El Willka Kuti (solsticio de invierno para las culturas andinas y Lucero del Alba para las culturas de las tierras bajas), es un tiempo trascendental que implica la reconfiguración de las energías en el mundo. Es el momento en que los rayos del sol recargan la energía mental, espiritual, del alma, y de todo el entorno que rodea a las entidades humanas y no humanas. La llegada y confluencia de las nuevas energías es lo que permite enfrentar las inclemencias de un nuevo tiempo, espacio y cosmos. Se trata de acontecimientos especialmente importantes para los pueblos indígenas, como símbolo de fertilidad de la tierra, los sistemas de producción agrícola y alimentaria, el patrimonio cultural y sus tradiciones milenarias, y ayudan a fortalecer los vínculos entre los pueblos indígenas a partir del respeto mutuo, la complementariedad, la reciprocidad y la cooperación”, explicó el Cónsul.
La autoridad diplomática invitó a la hermana Janet Patzi para ofrecer unas palabras sobre los significados de la celebración. Al respecto, Janet detalló que, “he elegido una papa deshidratada en el altiplano, base de nuestra Apthapi, que significa reunión y recogimiento y no sólo comida, para representar esta ceremonia. Apthapi corresponde a un protocolo andino milenario que ha servido para alimentar a las comunidades y a otros seres, porque nosotros somos parte de un ecosistema que es preciso compartir”, y añadió que, “voy a permitirme realizar un pequeño rezo que hacía mi abuelo cuando teníamos Apthapi en la casa. Antes de comer, nosotros soplamos a nuestros otros niveles de existencia, agradecemos a nuestro padre sol y a nuestra madre tierra, y a todos los elementos en este día. Nosotros venimos de la cultura de la vida. Circulamos en el sentido contrario del reloj, porque esta ceremonia también es una forma de darle vuelta al sentido occidental, ese que ha llevado a la miseria y pobreza a mucha gente”.
Profundamente conmovidos, los invitados participaron de la oración en lengua aymara efectuada por Janet, mientras se desplazaba de izquierda a derecha alrededor de la mesa con los alimentos, tras lo cual se terminó con un colectivo “¡¡Jallallallallaaa!!”.
Lo demás fue compartir, comer, fortalecer lazos de hermandad.


