La semana pasada, tres sucesos tuvieron lugar en el Abya Yala que sirven de ejemplo de los grandes retos que enfrentan nuestros pueblos:
En Guatemala, otro activista más por los derechos humanos perteneciente al sindicato indígena-campesino CODECA –el número 26 en los últimos 3 años– fue asesinado por sicarios al servicio de los intereses oligarcas y transnacionales.
En Argentina, la vicepresidenta Cristina Fernández fue asesinada jurídicamente por el «lawfare» que la condenó a 6 años de cárcel e inhabilitación política de por vida.
En Perú, fue asesinado políticamente, Pedro Castillo, que cayó víctima de sus propios errores, pero sobre todo de la viciosa campaña de acoso y derribo de la oligarquía limeña y del ministerio de colonias de Estados Unidos en el Abya Yala, la OEA. El desenlace de este golpe es una cuestión abierta con un pueblo movilizado pero falto de una conducción política eficaz.
En Argentina y Perú, y a pesar de todas las limitaciones y críticas que se pudieran hacer sobre la gestión de los dirigentes defenestrados, éstos representaban la posibilidad de que la agenda de los postergados desde hace siglos se colara en las esferas del poder.
En Guatemala, un movimiento indígena en ascenso toma nota de los aciertos y los errores, y se apresta a encarar un proceso electoral que lo conduzca a la refundación del país.
La cuestión de la organización política para la toma del poder está a la orden del día en el Abya Yala. Ya los pueblos no aguantan más y aprenden que no basta con buenas intenciones y el apoyo de un amplio movimiento social para lograr los cambios deseados.
Además, hay que tener:
Una verdadera voluntad de poder creyendo en la justeza y necesidad de los cambios buscados. Un prograna político con prioridades y objetivos claros. Un instrumento político fuerte y operativo. Medios de comunicación propios capaces de enfrentar la dictadura ideológica de las élites. Muchos abogados, y además, muchos aliados dentro y fuera del país.
Tenemos que de-colonizar y des-colonizar: Decolonizar nuestras mentes del genocidio cultural y espiritual de la conquista europea y descolonizar nuestro Abya Yala de las cadenas políticas y económicas dejadas por una contradictoria “independencia” que renegó de sus raíces indígenas y llevó al poder a las oligarquías criollas, sirvientas de Occidente. De eso trata este programa.