A través de un video subido a YouTube, el mandatario de Colombia, Gustavo Petro, realizó fuertes críticas a la recientemente edificada megacárcel en El Salvador ordenada por el presidente y empresario de ese país, el ultraderecha Nayib Bukele, quien llamó a la gigantesca prisión ‘Centro de Confinamiento del Terrorismo’, capaz de contener a 40 mil personas, y que ha suscitado diversas polémicas internacionales por las condiciones en que se encuentran los privados de libertad.
Petro señaló que, “Ustedes pueden ver en redes las fotos terribles. No me puedo meter en otros países, (pero) del campo de concentración de El Salvador lleno de jóvenes, miles y miles encarcelados, que le da a uno escalofríos. Yo creo que hay gente que le gusta eso, indudablemente”.
Esta semana fueron trasladados los primeros 2 mil prisioneros salvadoreños al nuevo reclusorio, tratados bajo un régimen reñido con los derechos humanos, con la anuencia de los congresistas y con el fin de tratar de disminuir los indicadores de criminalidad del país centroamericano.
Sin embargo, para el jefe de Estado colombiano, hay un problema con que la gente considere que esto es una estrategia para reducir el crimen.
Al respecto indicó que, “Creen que eso es la seguridad y se disparan las popularidades. Indudablemente, lo vivimos también en Colombia”, y agregó que Bukele “se siente orgulloso porque redujo la tasa de homicidios a partir de un sometimiento de las bandas que hoy andan en esas cárceles”, pero que en su opinión estas maniobras son ‘dantescas’.
Petro expresó que, “Nosotros logramos lo mismo. Nosotros logramos reducir la tasa de homicidios y violencia, no a partir de cárceles, sino de colegios y universidades”.
Luego de su alocución, hubo una serie de intercambios de mensajes vía Twitter entre Bukele y Petro, donde finalmente el colombiano le propuso a su homólogo salvadoreño un foro internacional sobre el tema.
Dentro de la normativa de la nueva prisión está que a los familiares de los detenidos sujetos al Régimen de Excepción se les exigen 170 dólares al mes para costear los alimentos y productos básicos de los detenidos.

