Ya sanado de su neumonía, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva viajó a China este martes 11 de abril, en una visita de Estado que persigue retomar las relaciones entre ambos países. Brasil lleva una agenda que contempla la rúbrica de más de 20 acuerdos.
En ese sentido, el mandatario brasileño indicó que el objetivo es que el gigante asiático realice importantes inversiones en el país latinoamericano que demanden la mayor fuerza de trabajo posible e industria productiva, y agregó que China debe conocer que Brasil tiene mucho que ofrecer, más allá de meras materias primas.
La delegación que acompaña a Lula consiste en jefes de cartera, congresistas, empresarios y gobernadores, en lo que es considerado un encuentro estratégico, por la relevancia económica que representa China a nivel global y porque la nación asiática es la primera socia comercial de Brasil desde hace casi 15 años.
Ya en China, el presidente brasileño realizará compromisos oficiales en Shanghái, donde asistirá a la ceremonia de toma de posesión de la expresidenta brasileña Dilma Rousseff, como nueva jefa del banco de fomento de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), programada para el jueves 13 de abril, y por la noche viajará a Beijing.
En la metrópolis oriental el presidente Lula sostendrá una reunión con el presidente de la Asamblea Nacional Popular, Zhao Leji; el primer ministro Li Qiang y, luego, será recibido por el Jefe de Estado, Xi Jinping.
Se adelantó que los proyectos que se convengan entre ambos países se realizarán en sus respectivas monedas, el real y el yuan, sacando del medio al dólar como divisa de intercambio económico.