Diversas organizaciones y procesos sociales de todo el país salieron el 2 de agosto a una movilización nacional bajo el lema “Por la vida, por la paz y la democracia popular”. Su objetivo fue exigir al Gobierno Petro el desmonte del paramilitarismo, que desplaza, amenaza y asesina a comunidades y a defensores y defensoras de derechos humanos, y también conminaron a garantizar la participación de la sociedad en la construcción de una paz con cambios y transformaciones estructurales.
Al inicio de la movilización las organizaciones hicieron una rueda de prensa con el objetivo de dar conocer un comunicado en el que presentaron sus exigencias.
La movilización se realizó en varias ciudades y regiones del país, como Bucaramanga, Cali, Barranquilla, Casanare, Tadó y Medellín. En Bogotá llegaron más de mil líderes y lideresas sociales provenientes de todos los territorios de Colombia, para efectuar diversas actividades de denuncia y movilización.
Las organizaciones convocantes a estas actividades afirmaron que la paz, como realización de vida digna para las mayorías, pasa por la acción del pueblo colombiano con fuerza, unidad y un horizonte común, para transformar estructuralmente nuestra nación. En este momento, donde hay múltiples iniciativas emanadas de las luchas del pueblo colombiano, es clave la participación de la sociedad en la construcción de paz y, para ello son fundamentales las garantías sociales, políticas y de seguridad para el pueblo.
La dinámica de exigencia y movilización se contrasta con la intensificación del conflicto en los territorios y las afectaciones a comunidades, en particular, por la acción constante del paramilitarismo (amenazas, desplazamientos, asesinatos y amedrentamiento de líderes, lideresas y organizaciones), que aumenta día a día a lo ancho y largo del país.
Las organizaciones convocantes realizaron un llamado a los medios de comunicación a difundir sus exigencias y propuestas.