Vamos por más. De la Resistencia a la Ofensiva Política
Q u e e l p a í s d e a b a j o l e g i s l e .
Q u e l o s p u e b l o s m a n d e n .
Q u e l a g e n t e o r d e n e e l t e r r i t o r i o , l a e c o n o m í a y l a f o r m a d e g o b e r n a r s e .
Q u e c a m i n e l a p a l a b r a .
Congresistas Populares de todo el territorio nacional e internacional nos dimos cita en Bogotá, Colombia, para seguir avanzando en la construcción de un país para la vida digna, analizando el contexto y proyectando el fortalecimiento de nuestros mandatos y ejes temáticos.
Sobre lo que está pasando en el mundo manifestamos que seguiremos construyendo alternativas para hacer frente al sistema mundo capitalista que imposibilita el desarrollo de proyectos de vida dignos y condena a las mayorías a la pobreza. Rechazamos el modelo neoliberal que privatiza y mercantiliza lo que es de bien común, que fortalece y enriquece a los grandes empresarios, a la vez que niega los derechos de la clase popular. Exigimos que la crisis económica sea solventada por los ricos del país mediante una mayor carga tributaria y la exención de todos los privilegios que la ley les ha otorgado históricamente; así mismo, la eliminación de los tratados internacionales que
quiebran la producción de los territorios campesinos ¡Que la papa sea para quien la trabaja!
Confiamos en la esperanza de cambio de América Latina, saludamos a quienes luchan desde otras latitudes, con la convicción de que otro futuro sí es posible; a nuestras compañeras, compañeros y compañeres latinoamericanxs y demás continentes, les saludamos y compartimos que en este territorio de Nuestra América hay un Congreso de los Pueblos que se sigue fortaleciendo; les llamamos a seguirnos encontrándonos en la lucha, el debate y la propuesta para avanzar juntxs en la construcción de otro mundo posible y una sociedad justa para todxs.
Al pueblo colombiano, a quienes resisten y sobreviven cotidianamente a la pobreza y explotación, les invitamos a juntarnos en los barrios, veredas, universidades, fábricas, colegios, territorios rurales y urbanos, para fortalecer la resistencia y pasar a la ofensiva, exigiendo el cumplimiento de nuestros derechos, entendiendo que en la Unidad y la Movilización están las claves de la victoria.
Nosotrxs ratificamos nuestra lucha por transformar todo lo que sea necesario en beneficio del pueblo colombiano.
En este camino declaramos que:
Aportaremos a la participación y construcción de paz, como una vía para: poner en evidencia que en Colombia la violencia estatal ha sido la estrategia de la oligarquía para mantener sus privilegios y contener las luchas populares; y lograr mayores acumulados populares para lograr la verdadera paz, cambios estructurales para el bien del pueblo. Por ello ratificamos lo mandatado por el Congreso para la Paz del año 2013 en el sentido que la paz surge de una participación protagónica y vinculante de los Pueblos tanto en la construcción de iniciativas, propuestas y alternativas, como en la materialización de las mismas.
En la disputa institucional, en tanto escenario de lucha de clases, reconocemos un camino posible para avanzar en la construcción de país para la vida digna. Reafirmamos que la disputa institucional no se limita a los escenarios electorales, y que la construcción de una nueva gobernabilidad e institucionalidad implica la articulación y sintonía en la actuación que tenemos en escenarios de legislación, incidencia, interlocución, y disputa, en procura de la acumulación para el Poder Popular. La lucha institucional no es el horizonte sino parte de nuestra ruta por un nuevo Poder ejercido por la clase popular.
La posibilidad de construir otro mundo, sin capitalismo, pasa por construir y ratificar otros horizontes de vida y formas de relacionarnos, de comprender el mundo en un camino de emancipación. En tal sentido, la comunicación y la educación popular, la investigación, el arte popular y la cultura como conjunto de valores colectivos, el deporte y tantas otras acciones cotidianas de los Pueblos, nos debe permitir tejer y materializar esa otra forma de vida y de Ser como sujetos políticos colectivos, como Pueblos, para construir otra realidad.
No habrá futuro posible sin una sociedad que reconozca, respete y garantice los derechos, de las mujeres y de las poblaciones LGBTIQ+. Seguiremos en las calles protestando frente a las injusticias y luchando decididamente contra este orden capitalista y patriarcal.
Nuestro espíritu Internacionalista camina en nuestra construcción social y política. Ratificamos que la lucha contra el capitalismo, el patriarcado, el racismo, y el colonialismo, solo es posible si se asume desde un hermanamiento mundial de las luchas a partir del tejer desde las experiencias, capacidades y potencialidades de los pueblos que nos levantamos contra este orden injusto y violento. Convocamos al conjunto de los pueblos del mundo a acompañar las luchas en Colombia y nos disponemos como clase popular a fortalecer, visibilizar y acompañar las luchas que pueblos hermanos libran por su emancipación.
La clase trabajadora ha soportado históricamente el peso de la explotación capitalista. Los profundos cambios en el mundo del trabajo, imponiendo condiciones de precarización, tercerización, deslocalización, y luego de la pandemia, en campos específicos, la virtualización, han generado una ruptura significativa en la capacidad organizativa y de lucha de la clase trabajadora. Sin embargo, reconocemos la vitalidad de su acción política movilizadora y la necesidad de forjar la conciencia de clase de l@s millones que viven de su fuerza de trabajo, y que solo ello tienen, para avanzar hacia la superación real del sistema capitalista. La organización social y política de l@s trabajador@s es fundamental para trastocar la producción, circulación y acumulación de capital y, con ello, cambiar el curso de la historia en favor de las mayorías y no de quienes explotan y viven de nuestro trabajo.
La juventud de las barriadas, la juventud trabajadora y precarizada, las y los estudiantes universitarios y de secundaria, de las barras de fútbol, la juventud del campo y la ciudad han demostrado, en las movilizaciones de los últimos años, su hartazgo con un sistema que les ha ignorado, mercantilizado y negado posibilidades de futuro. Esa realidad ha cualificado su conciencia de clase y la capacidad de comprensión de la realidad y que, para cambiarla, deben asumir el reto de ser protagonistas de la historia. Esa juventud que durante el paro nacional del 21N de 2019 y el levantamiento Popular del 28A de 2021 demostró su ímpetu y deseo de cambios, sigue hoy reclamando por ellos y no baja los brazos, con la esperanza de hacerlos posibles, sin empeñar su representación, sin renunciar a sus propias maneras de organizarse y expresarse. El espíritu de lucha que han desatado es también un llamado para las organizaciones sociales y políticas que buscamos organizar la justa rebeldía.
Ratificamos la necesidad de avanzar en mayores niveles de articulación de las luchas campo-ciudad, comprendiendo sus particularidades, los sujetos que componen sus horizontes transformadores, sus reivindicaciones y banderas de lucha de más largo aliento. Seguiremos alentando la construcción de una Reforma Agraria Integral y Popular que garantice la Vida Digna en los campos y ciudades, que propenda por un campo con campesinado, redistribuya la tierra, atienda el inmenso reto de garantizar la soberanía alimentaria, reconozca los territorios colectivos y garantice la permanencia en los territorios. Así mismo, continuaremos impulsando las luchas por ciudades para la Vida Digna, con condiciones de techo, pan, trabajo, educación, salud y
goce pleno de derechos. Los territorios urbanos y rurales son nuestro escenario cotidiano de construcción colectiva, de luchas por transformaciones profundas. No desistiremos en defenderlos y permanecer en ellos, porque es en los territorios donde cocinamos nuestros planes de vida y nace la nueva sociedad.
La realidad nos llama a seguir trabajando por la defensa de la vida, la autoprotección y justicia popular, el desmonte del paramilitarismo y del ESMAD, la reforma policial y la libertad de lxs judicializadxs de la lucha popular; estos son grandes y necesarios cambios necesarios para avanzar en una verdadera democracia y paz. Seguiremos denunciado la Emergencia Humanitaria Nacional y recordando que ser líder social no es delito.
La convocatoria que ustedes han realizado para fortalecer el movimiento social debe ser materializada respetando su autonomía e independencia, los escenarios propios de construcción, los ejercicios de vocerías desde los territorios y las luchas concretas. Los cambios y las transformaciones que las inmensas mayorías colombianas reclamamos, solo son posibles si el protagonismo de su construcción y materialización recae sobre los hombros de quienes históricamente hemos defendido y luchado por derechos, construido propuestas en los territorios y cotidianamente tejido otras maneras de relacionarnos en ellos. Los cambios jamás vendrán de las clases dominantes que han impedido cualquier reivindicación democrática y de justicia social, jamás serán los partidos tradicionales con sus rancios dirigentes anclados a sus intereses de bolsillo, los que posibilitarán que otra Colombia pueda nacer.
No es por tanto, llamando a los movimientos sociales a refrendar los acuerdos con las élites, como empujaremos los cambios que nuestro país necesita, sino que será con el impulso decidido de los de abajo confrontando los intereses mezquinos y egoístas de los de arriba, como podremos tejer esa Colombia potencia mundial de la vida que su gobierno propone. Les corresponde asumir el reto de ser fieles a sus promesas de campaña y ponerse del lado de los históricamente excluidos. Insistir en mantener contentos a los que siempre han malgobernado solo puede alentar el camino de las frustraciones. Es el tiempo de los cambios, pero con quienes hemos luchado por hacerlos posibles, no con quienes siempre los entorpecen.
Vamos por más, pasemos de la resistencia a la ofensiva política y la construcción de poder popular por un país para la vida digna.
Congreso de los Pueblos de Colombia