Andrés Figueroa Cornejo
El paro de este 19 de julio, convocado por agrupaciones sociales y populares, exigió la renuncia de la autócrata Dina Boluarte, el cierre del Congreso y el llamado a nuevas elecciones generales.
Las protestas se expresaron mediante el bloqueo de carretera, cierre de mercados y comercio. Los dirigentes de las rondas campesinas y de la Confederación General de Trabajadores (CGTP) de Cajamarca y Lambayeque indicaron que la paralización se justificó todavía más, tras el anuncio de Boluarte de continuar apoltronada en el puesto ilegítimamente usurpado hasta el año 2026.
De acuerdo al vicepresidente de la Federación de Rondas Campesinas de Cajamarca, Aladino Fernández Rubí, la tercera Toma de Lima contó con la anuencia de más de medio millón de ronderos de sus 13 provinciales y 70 representaciones distritales.
Fernández Rubí calificó los dichos de la dictadora Dina Boluarte como una «provocación para el pueblo que no la acepta y le exige que renuncie y haya un Gobierno de transición que convoque a nuevas elecciones. Sus palabras nos indigna y nos fortalece a lucha de manera pacífica”.
Asimismo, el líder de los ronderos dijo que no cederán hasta lograr sus objetivos y que las regiones del sur y el norte resolvieron métodos de lucha similares, lo que habla del carácter cada vez más unitario del pueblo peruano.
Igualmente, el representante sindical de la CGTP de Lambayeque, Erwin Salazar, informó que los trabajadores se movilizaron, entre otras causas, por la insultante complicidad antipopular entre el régimen y el Congreso.