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La misiva solicita al gobierno chileno que en las negociaciones desarrolladas en esa reunión, nuestro país apoye la petición presentada por países de África, América Latina y algunos países del Asia Pacífico
Mientras la administración de turno de La Moneda festejaba las llamada ‘día de las glorias del Ejército’ en el Parque O’Higgins de Santiago -una demostración fetichista y patriarcal de 7 mil efectivos de las diversas ramas de las Fuerzas Armadas y de Orden del Estado capitalista, autoritario y conservador del país, acompañada de los representantes del sistema de partidos políticos institucional y del presidente de la Corte Suprema-; el mismo 19 de septiembre, pero a media tarde, la memoria viva de los pueblos hacía su trabajo mediante un acto de Derechos Humanos, político y cultural, en el Puente Bulnes de la capital, con el propósito de recordar al cura obrero de origen catalán Joan Alsina y a un grupo de integrantes de la guardia presidencial de Salvador Allende, GAP, asesinados y arrojados al río Mapocho por agentes de la dictadura militar hace 50 años.
Una vez más, todo parecido con sucesos acaecidos mucho más tarde en la larga y angosta faja de tierra que llamamos Chile, no es pura coincidencia.
Empecemos diciendo que la concepción de libertad que defienden Milei y seguidores está emparentada con lo que Isaías Berlin llamó la libertad en sentido negativo (en Conferencia “Dos conceptos de libertad, octubre de 1958, Universidad de Oxford).
En lugar de buscar crisis basadas en demasiada deuda, imprudencia financiera o inestabilidad financiera a lo Minsky, la ley de la rentabilidad de Marx sigue siendo la explicación más convincente de las crisis.
Fue estrenado el documental Con los Ojos de Hoy, filme en que la actriz nacional Ingrid Isensee interpretó con su locución el discurso del Presidente Salvador Allende pronunciado momentos antes del bombardeo al palacio de La Moneda, la mañana del 11 de septiembre de 1973.
Una memoria impostada es herramienta de los cínicos, una memoria auténtica es experiencia, y ella, simiente de proyectos de emancipación.
Que haya existido un salto importante en la consciencia de las y los trabajadores nos demuestra que no es imposible alcanzar el poder popular.
“El único político que se atrevió a entrar con nosotros al fondo de la mina… fue el compañero Salvador Allende”.
Chile. A 50 años del crimen: Represión en la marcha, cinismo gubernamental y acción antiimperialista
«La lección es nítida: sólo el pueblo ayuda al pueblo, y la tarea es construir sus propias fuerzas para autoemanciparse. No puede confiar en los ‘progresistas’ ni en los ‘capitalistas democráticos’, ni en aquellos políticos y sus cantos de sirena que sólo buscan aprovecharse de la buena fe popular. Ya basta».